El problema:
El número de materiales
industriales de los que disponemos son casi infinitos; muchos de ellos, las
materias primas, las obtenemos directamente de la naturaleza. Los materiales
que obtenemos de la corteza terrestre suelen ser renovables, es decir, que la
naturaleza misma los regenera a un ritmo mayor del que los consumimos. No
obstante, la mayoría de los materiales que obtenemos del interior de la corteza
terrestre, como el carbón, el petróleo, algunos minerales… tardan millones de
años en formarse, por lo que si los consumimos aceleradamente, sin un consumo
racional, las reservas de estos materiales se agotarán.
Esto es uno de los graves
problemas medioambientales a los que nos enfrentamos; el consumismo
desenfrenado de la sociedad en la que vivimos ha creado una gran dependencia de
estos materiales y su demanda es creciente.
Las consecuencias:
La dependencia de estos
materiales hará que el día que se agoten o los precios se incrementen estratosféricamente,
los consumidores se desesperen al no poder vivir la vida de consumismo que han
llevado. Además, esto tendrá graves consecuencias en nuestro planeta, ya que
estaremos destruyendo progresivamente el lugar donde habitamos y tendrán que
habitar nuestra descendencia.
Soluciones:
Incentivar el desarrollo e
investigación de nuevos materiales que puedan suplir con eficiencia la ausencia
de los tradicionales y que sean una garantía de uso en un futuro, además de no
dañar el medio ambiente.
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