El acero es una aleación de hierro y carbono, una
cantidad de carbono que oscila entre el 0,025% y el 2%. En esta aleación,
pueden aparecer otras sustancias que afecten negativamente a la composición del
metal, disminuyendo sus propiedades. Para eliminarlas, se pasa el acero por un
horno eléctrico como hemos visto. Además, a estas aleaciones se les aportan
otros elementos deseados, que les proporciona a la aleación las propiedades
deseadas. Algunos de estos elementos son el aluminio (proporciona mayor
dureza), el cobalto (resistencia al calor y corrosión), el azufre (facilita el forjado
y maquinabilidad)…
Los aceros se pueden clasificar según su composición
química, distinguiendo entre aceros al carbono (solo carbono y hierro) y los
especiales (carbono, hierro y algún elemento más).
Las formas más comerciales de los aceros son barras,
alambres, perfiles para estructuras, agujereados, tubulares, láminas… para
diferentes aplicaciones como herramientas, electrodomésticos, estructuras, maquinaria…
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