El cinc es un metal no ferroso que tiene una densidad
de 7,1 Kg/dm3 y un punto de fusión de 419,5ºC. El cinc se obtiene
principalmente de dos minerales: de la calamita, es una mezcla de carbonato y
silicato de cinc, y de la blenda, que es una mezcla de sulfuro de cinc y
sulfuro de plomo, que contiene un 45% de cinc aproximadamente. Para extraer el
metal, primero hay que calentarlo a altas temperaturas para obtener el óxido de
cinc, que posteriormente tiene que volver a ser calentado para obtener
finalmente el cinc.
Algunas de las propiedades más características del
cinc son:
·
Es
un metal de color blanco/gris azulado.
·
No
se oxida, ya que lo recubre una capa de hidrocarbonato que lo protege.
·
Al
tojo vivo tiene una llama verde.
·
Es
poco dúctil y poco tenaz, además de ser frágil y escasamente maleable.
·
Es
atacado por ácidos, como el amoniaco, por lo que no se puede limpiar este metal
con dicho producto.
Algunas de las aplicaciones del cinc son:
·
En
la construcción de tejados, canalones, cubiertas… ya que resiste bien el agua.
Por lo mismo, se sigue usando en cubos, regaderas, lavadoras…
·
Se
usa para recubrir objetos con el objetivo de protegerlos de la corrosión. Este proceso
se llama galvanización, y se utiliza en la fabricación de piezas de vehículos,
electrodomésticos, aparatos eléctricos…
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